El Celta ata a su niño prodigio

Denís Suárez, un cadete de 16 años, ha firmado un contrato como profesional que lo une al club hasta el 2015

A Denís Suárez lo parieron el día de Reyes de 1994. Desde pequeño truca su fecha de nacimiento para repartir los regalos. Aunque, quizá, el mayor presente que ha recibido le viene de serie. Una capacidad creativa deslumbrante con un balón en los pies y unas cualidades técnicas más que prometedoras. Con 16 años se ha convertido en la nueva joya de la cantera celeste, ha recibido la llamada de la selección española y ya tiene un contrato profesional a prueba de cambio de residencia.

«Tiene mucho talento, muchísimo. Piensa con la madurez de un chico con tres años más y es capaz de ejecutar como un adulto», se pliega en elogios su técnico en el juvenil de Liga Nacional celeste, David de Dios. «No pensaba que nos iba a dar el rendimiento que nos está dando», confiesa. Y es que Denís está todavía en edad cadete.

Este año, como obliga la fecha, su cumpleaños ha tenido regalo doble. Primero, en forma de contrato como profesional. Lo firmó la pasada temporada pero no tuvo validez legal hasta que cumplió los dieciséis. Pese a los intentos del Real Madrid primero, y del Chelsea después, por hacerse con sus servicios, el Celta ha amarrado al jugador hasta los veintiún años. Cualquier equipo que se lo quiera llevar antes está obligado a negociar con la entidad viguesa. El segundo premio se lo entregó Aitor Karanka, el seleccionador sub 16, a su madre por teléfono. La convocatoria con la selección española de la categoría.

«Puede que la categoría [la Liga Nacional] en la que está se le quede corta ya», dice su preparador. «Yo estoy a favor de ir dando pasos si él está en condiciones de competir y creo que lo está. Puede dar un salto más. Hace mejores a sus compañeros y marca diferencias», prosigue De Dios. Sus condiciones no han pasado inadvertidas. «Los rivales le tienen en cuenta y los entrenadores ordenan muchas veces que se le haga un marcaje específico». Denís ha aprendido a convivir con todo ello sin variar un ápice su personalidad.

Trabajador y humilde

«Es muy trabajador y no se le ha subido a la cabeza. Lo de la selección es una gran oportunidad pero con algunos chicos supone también un riesgo. Se crecen, de repente se creen con galones y entran por el vestuario al día siguiente de otra forma. Denís no es de esa clase. La humildad y el sacrificio siguen con él», remarca su entrenador.

Pero no todo ha sido un camino de rosas en su meteórica progresión. La adaptación no fue fácil. «Le costó mucho al principio el cambio de categoría». Y es que el dorado de Salceda de Caselas tiene también sus lagunas que debe pulir cuanto antes mejor en la inagotable factoría de A Madroa.

«Tiene deficiencias defensivas»

Los mayores problemas de Denis están en la recuperación de la pelota. «Su vocación es claramente ofensiva, ese es su chip, con una visión de juego espectacular pero tiene deficiencias defensivas. En eso estamos incidiendo y la verdad es que ha ido progresando mucho en los últimos tiempos, aunque todavía le queda trabajo», advierte De Dios.

Denís Suárez no esconde sus preferencias. Lo suyo es el ataque. Su ídolo cuando empezó era el entonces céltico Gustavo López. Ahora, el blancoKaká. Con el brasileño comparte ubicación en el campo. «Soy un mediapunta, donde más cómodo me encuentro es por detrás del delantero», reconoce el futbolista. «Es verdad que me falta trabajo defensivo y estoy intentando mejorarlo», admite.

El jugador lleva nueve goles en la Liga regular. «Suelo marcar varios a balón parado, de falta, y aprovecho la llegada para anotar alguno más», explica su vocación hacia el marco contrario. «Cuando Karanka llamó a mi madre fue una sorpresa porque para estas cosas siempre llaman a los del Real Madrid», reconoce.

Porque pese al deseo de Ramón Martínez de incluirlo en la base blanca, junto a Rodri y a Joselu, su familia prefiere que se forme primero en Vigo. Máxime con el cambio de rumbo del club hacia su cantera, del que dice estar encantado. De momento, ya ha coincidido con jugadores del primer equipo en dos amistosos. Ante el Areas y el Ourense. Y no desentonó. Esa ha sido la baza del Celta para ponerle el candado hasta el 2015.

Fuente: La Voz de Galicia