Un error acaba con el sueño del Celta

Joselu estuvo a punto de forzar la prórroga al estrellar un balón en el larguero en la recta final del choque

Los vigueses pagaron un robo de Forlán y su falta de pegada ante un Atlético de Madrid que se dedicó a resistir para pasar a semifinales

Un error acabó con el sueño del Celta. El poderoso Atlético alcanza las semifinales por un lance inocente del más veterano. Un fallo de Noguerol permitió a Forlán marcar y rescatar a un equipo madrileño que estaba contra las cuerdas. El conjunto de Segunda cayó con la cabeza bien alta, a punto de forzar la prórroga con un cabezazo de Joselu al palo y con el rival pidiendo la hora después de fallar un buen puñado de contras. En el desenlace también tiene algo que ver el ínclito Pérez Lasa, que después de expulsar a Cristiano Ronaldo estuvo de lo más puntilloso con los jóvenes celestes.

El Celta entró nervioso en el partido, pero tardó un suspiro en hacerse con las riendas del choque, con toda la voluntad del mundo, tocando con relativa suficiencia y llegando por las bandas. Un par de centros de Abalo, dos tiros de Botelho sin dirección ... todo positivo. El Atlético renunciaba a su condición de grande y se escondía para salir a la contra. Y en una de ellas encontró una injusta recompensa. Noguerol, que las estaba devolviendo todas, cedió a la presión de Forlán y el uruguayo no desaprovechó la ocasión para adelantar al Atlético. Cruzó el balón en la salida desesperada de Yoel.

Fue una puñalada a la esperanza del celtismo. Los suyos estaban superando con claridad al grande, pero iban perdiendo. Acusaron el golpe, pero si algo han aprendido es a levantarse después de tantos sinsabores en Segunda. Recuperaron el balón -en parte porque el Atlético volvió a echarse atrás- y los vigueses pisaron de nuevo el área rival, aunque sin llegar a poner a prueba a De Gea. Abalo y Botelho, bajo la batuta de Trashorras llevaron el peso del partido, pero no era el día de Aspas y el ya escuálido ataque céltico se resentía.

Por eso Eusebio sacó del banquillo a Joselu en busca de soluciones. Poco después metió a Toni -excelente partido el suyo-, y el público tiró del carro. Los celestes tuvieron el balón, el Atlético se encerró y buscó matar a la contra. Como le gusta. Marcó Agüero pero en fuera de juego y a continuación Toni metió el pase de la muerte que se no encontró rematador.

Más tarde también marcó Trashorras en un lance de pillería en un saque de falta, pero el colegiado lo anuló por tirar antes de que pitase.

La ruleta rusa

El segundo tiempo se jugó a la ruleta rusa. Con el Atlético encantado de jugar a la contra y con el Celta encomendado a imposibles. Fue un partido de ida y vuelta, roto y sin pausa. Con los locales corriendo a por todas y con Agüero apareciendo por fin en la eliminatoria. En ese ambiente de histeria aparecieron Abalo, Joselu y Toni, con Trashorras por detrás.

Simao tuvo la puntilla con un obús que devolvió Yoel de un modo espléndido pero en la jugada siguiente pudo marcar Dani Abalo tras un sombrerazo de Trashorras. La cita era un continuo intercambio de golpes, sin que nadie mordiera la lona. Porque hasta Forlán estuvo obtuvo al querer recrearse en un caño que le negó un espléndido Yoel.

En ese escenario bélico, los vigueses decidieron quemar sus naves y el público lo entendió. Aumentó los decibelios del griterío. Poco después un jugadón de Trashorras acabó con un cabezazo al palo de Joselu.

Fue el último coletazo antes de claudicar. Ocho partidos de Copa después el Celta perdió y quedó eliminado. Le queda la honra de ser el último Segunda en hincar la rodilla en un torneo pensado solo para los grandes. Solo por ver a Balaídos lleno e ilusionado mereció la pena llegar hasta aquí. Ahora toca salvarse en la Liga aguardando tiempos mejores. Pero la carta de presentación ya está echada. El futuro está asegurado.

Fuente: La Voz de Galicia.